Yo creo que las similitudes son evidentes, y los puntos de encuentro son nítidos y diáfanos. En esta entrada describiremos cuáles son esos componentes que comparten ambos tipos de marcas.
Partamos de la siguiente base: una marca es una percepción mantenida en la mente de otra persona, lo que importa, por tanto, es saber como nos ven los otros.
Esta característica es común a ambos tipos de marcas.
Tanto una como en otra deben ser marcas fuertes, es decir, marcas bien definidas para que la audiencia sepa rápidamente qué valores apoya.
La audiencia, en ambas marcas, son aquellas personas con las que tenemos (o queremos tener) relaciones.
Podemos establecer 3 componentes básicos para determinar la fuerza de una marca, y dichos componentes son comunes, tanto para las marcas corporativas como para las marcas personales:
- Distintivas: La marca debe ser distintiva. Debe defender un punto de vista.
- Relevantes: El punto de vista que defienden debe tener relación con aquello que su audiencia considera importante.
- Consistente: La marca debe ser coherente. Hegomónica respecto al punto de vista seleccionado. Continuista respecto a los valores y actitudes que defiende.
Creamos y mantenemos esas conexiones, gestionamos esos puntos de encuentro emocionales siendo distintivos, relevantes y consistentes.
Creando marcas fuertes.
¿Y qué es una marca fuerte? Aquella que es comprendida al ser percibida.
Segismundo Palma Trigo es Director en La Caja de Herramientas, Agencia de Comunicación Comercial.
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